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25 de junio de 2015

" Yo no puedo esperar "

Miércoles 24 de junio, me encuentro en la fila de una delegación de Anses esperando mi turno para recibir un número de atención que me permita realizar un tramite para mi madre. 

Delante de mí, una mujer elegante de aproximadamente 45 años, acompañada por un abogado, que por el trato dispensado parece ser su yerno.

Ella dice dos frases, se despierta mi curiosidad y no quiero perder detalle.

- "nadie me ayuda" 

- "yo no puedo esperar"

Nos entregan los números correspondientes para atención.

¿Casualidades de la vida? ...

Cuando nos llaman nos atienden en boxes de atención contiguos.

La empleada que me recibe está embarazada y me pide permiso para tomarse unos minutos para ir al baño.

Me distiendo y comienzo a escuchar la historia de mi vecina.

La mujer comienza compungida a relatar sus pesares a una empleada demasiado joven y novata en su puesto, incapaz de brindarle contencion alguna.

- Era diciembre, hacía mucho calor, le pedí a mi marido que fuera a buscar a la granja el lechón que había encargado mi suegra como todos los años para las fiestas y él no regresó, en el camino "me lo mataron". Los vecinos declararon que el no opuso resistencia cuando los de la moto lo asaltaron.

- Ese día comenzó mi calvario, cómo iba a pensar que solo recibiría $ 20.000 del seguro de vida, que del sepelio me debía encargar yo o mis hijos y que recién iba a cobrar el dinero en 45 días!!!

- A partir de ese momento aprendí que todos se ofrecen con la mejores intenciones de colaborar, pero llegado el momento "nadie me ayuda".

- Cada cual tiene su familia, sus compromisos y su presupuesto, a pocos les sobra para ayudar a quienes no fueron previsores y difícilmente puedan devolver un préstamo.

- Llegan las cuentas y facturas, son como monstruos amenazando todos los días y no me dan tiempo para reacomodarme, "yo no puedo esperar", tengo pánico de perder todo.

- Hoy vivimos con la jubilación de mi suegra $ 3.600, ella me mantiene, sobrevivimos con esos $ 30 por día.

La empleada de Anses ingenuamente preguntó, señora su marido no tenía ahorros o un seguro de vida particular?

En ese momento su yerno que no había emitido sonido alguno, bajó y movió su cabeza de un lado a otro negativamente.

Entonces ella se reprochó muy enojada:-¡pensar que yo le dije que no contratará el seguro de vida que le ofreció su primo, que no le iba a pasar nada, que era jóven y sano para eso y para colmo agregué, que era atraer la mala suerte!

- Yo tengo 47 años, antes daba clases de apoyo a alumnos de la secundaria, todo cambió, los planes de estudio, las materias y ahora los aprueban a todos sepan o no.

- ¿Cuánto va a demorar el trámite de mi pensión? yo no puedo sobrevivir con la mínima! cuándo voy a comenzar a cobrar?

- Ya colecciono facturas con los vencimientos atrasados y el banco también reclama una deuda.

Como asesor de seguros de vida quería filmar la escena y mostrarla a cada prospecto que responde "lo voy a consultar con mi mujer".

A modo de lección, cuando aparece la objeción uno debería responder "mejor consultalo con una viuda", ella es la que te va a dar razones suficientes para contratar ahora tu póliza.

Regresaba la empleada dispuesta a atenderme, le pedí permiso y allí mismo le entregue mi tarjeta de presentación al yerno, diciendo: -cuando tu suegra finalice el trámite de la pensión que me llame, es una propuesta seria que podría ayudar a mejorar su situación financiera-, seguramente quienes me conocen suponen mi intención.

Quizás el día de mañana compartiendo su historia personal, logre evitar que otros se equivoquen y de allí a convertirse en profesional del seguro de vida solo hay un paso, ya lo veremos.

8 de junio de 2015

Analfabetos emocionales

Ser analfabeto emocional es ser incapaz de reconocer, entender, aceptar y
gestionar las emociones propias y ajenas.

En la actualidad, a pesar de poder tener fácil, rápido y cómodo acceso a la formación y a la información, seguimos sin ser personas más equilibradas psicológica y emocionalmente, ya que sigue existiendo una asignatura pendiente: el aprendizaje emocional. Seguimos siendo incapaces de controlar y gestionar adecuadamente las emociones.

Y cuando menos, resulta curioso que en las redes sociales, muchos dicen querer cambiar el mundo, y sin embargo, pocos dicen querer cambiarse a sí mismos. 

¿Demagogia, ignorancia o ambas?

¿Por qué no somos inteligentes emocionales?

Existe una etapa idónea para aprender a gestionar asertivamente las emociones, la cual se correspondería con las etapas iniciales de la vida: la niñez, la adolescencia y la juventud; aunque esta idoneidad no afirma que no podamos iniciar el aprendizaje emocional en etapas más tardías de la vida. 

Hoy la neurociencia nos ha explicado la plasticidad del cerebro. Plasticidad que permite que el aprendizaje y el cambio se puedan realizar a cualquier edad. 

Vamos, que no hay disculpas plausibles para no aprender en cualquier momento de la vida. Y doy fe que se puede realizar a través de los múltiples coachees con los que he tenido el privilegio de trabajar.

Diversas investigaciones confirman que los niños desde muy pequeños son capaces de leer, comprender e incluso manipular las emociones de las personas que les rodean, sobre todo las de los adultos. 


Entonces, ¿qué ocurre posteriormente? 

Que desarrollamos el sistema cognitivo, la zona del cerebro relacionada con las matemáticas, la lengua, etc... y sin embargo, no desarrollamos el sistema límbico, la zona del cerebro relacionada con las emociones. 

Este aprendizaje se debería realizar en la familia y en el colegio, enseñando a resolver los conflictos de la forma adecuada desde pequeños. 

Y aquí es donde "con la iglesia hemos topado querido Sancho" que diría nuestro afamado hidalgo Don Quijote.

Como consecuencia, es frecuente encontrar a muchos adultos incapaces de relacionarse adecuadamente, porque no han aprendido a relacionarse consigo mismos y con otras personas de una forma asertiva. 

Estos adultos tenderán a culpabilizar a los demás de sus errores, fracasos y frustraciones, evitando el autoconocimiento y la responsabilidad de sus actos. Y con la sociedad hedonista en la que nos encontramos, donde el "yo" y el "ahora" es lo más trascendental, tenemos el caldo de cultivo idóneo para eximirnos de cualquier responsabilidad.

¿En qué se basa el aprendizaje emocional?

El aprendizaje emocional se basa en 5 puntos:

1. Empatía: ser capaces de reconocer, aceptar y comprender las emociones ajenas sabiendo ponerse en el lugar del otro y aceptando a los demás tal cómo son.

2. Habilidades sociales: gestionar las emociones de forma asertiva para lograr lo mejor de cada uno. Una persona que tiene entrenadas las habilidades sociales, será capaz de actuar como mediador en los conflictos interpersonales, de asumir el liderazgo de los grupos y de dar apoyo emocional a quién lo precise.

3. Autoconciencia: aprender a reconocer las emociones, es decir, saber diferenciar la tristeza de la depresión, la ansiedad del abatimiento... y sobre todo, ser capaces de explicar su origen y por qué y cuándo se suscitan.

4. Autocontrol: aprender a gestionar las emociones negativas, es decir, controlar la ira, la irritabilidad, liberarse de la depresión...

5. Automotivación: aprender a plantearse objetivos, así como favorecer emociones positivas que faciliten la consecución de los mismos.

¿Para qué sirve la inteligencia emocional?

Sin Inteligencia Emocional no se está capacitado para dirigir equipos y/o vender
de la forma en que hoy es necesario. 

Quienes ocupen estos puestos, deberán asumir su déficit e iniciar el cambio, o tendrán que dejar el puesto a otra persona más inteligente emocionalmente.

La Inteligencia emocional sirve para aceptarnos y aceptar a los demás. Es el aceite que suaviza las relaciones interpersonales, haciéndonos expresar las emociones de la forma adecuada ante cualquier eventualidad o conflicto.

• En el ámbito profesional, es esencial para crear un buen clima laboral y que las relaciones fluyan en buena dirección. Sin ella, es difícil que haya motivación, eficiencia y productividad durante mucho tiempo.

• En el ámbito personal, si bien cada uno es libre de autodestruirse como más le guste, nadie es libre para dañar a los demás. 

Sin ella, no existen las relaciones sanas y cordiales.

Es un aprendizaje que merece la pena.

Fuente:Francisco Helguera

11 de mayo de 2015

Riqui - Historias personales para compartir


. . . se junta conmigo todos los sábados, alrededor de las siete de la tarde, en el cafecito de la esquina del colegio en donde hicimos algunos años de nuestra escuela secundaria, aunque no estuvimos en la misma división. 

En estos últimos meses Riqui llega con el cabello mojado porque viene de sus sesiones de rehabilitación, lo que implica que tenga que hacer ejercicios en una piscina junto con un grupo bastante numeroso de muchachos, todos accidentados, con diferente gravedad de lesiones.

Habitualmente lo saludo con una referencia a nadadores destacados de nuestro deporte.

" ¿ Qué hacés, Nicolao ? "

" ¡ Meolans, viejo nomás ! "

" Che, Riqui, recién pasó Georgina Bardach  y te dejó saludos."

" ¿  En qué nadás . . . digo . . . en que andás, Abertondo ? "

" ¿ Entrenando o estrenando, Candiotti ? "

Él sonríe condescendiente, acostumbrado a mi sin sentido del humor, deja el bolso a un costado y se sienta.

Mi amigo es rubio y tiene pinta, es alto, delgado, peina algunas canas, pocas, conserva la mayoría de su cabellera actualmente más corta que en los años setenta, usa bigotes y conserva la cara juvenil.

Antes su sonrisa era fácil y contagiosa.

Ricardo pasea ahora varios pares de clavos y un par de placas de una aleación de titanio en su pierna izquierda.

Su tibia y su peroné se fracturaron en el accidente en el cual Pistola perdió la vida.

Un vehículo de gran porte invadió el carril por el cual circulaban en el automóvil conducido por Pistola, dentro de la velocidad establecida como máxima - según pudieron establecer las pericias del siniestro- , con las luces bajas encendidas y en perfectas condiciones de funcionamiento.

Además, Riqui sufrió múltiples traumatismos menores y escoriaciones.
A veces, al salir del bar, se toma de mi brazo hasta que llegamos al auto.

Me explica que, no es muy frecuente pero tiene problemas leves de equilibrio.

A consecuencia de la conmoción cerebral que superó sufre también de pérdidas de memoria parciales.

Fuí victima de sus despistes, sin embargo . .

Es imposible enojarse con Riqui.

Es una de las razones por las cuales Pistola se lo llevó a trabajar con él.

Cuando había que decir : " No." ; Riqui sabía como hacerlo sin herir suceptibilidades, ni crear rencores.

Cuando había que dar noticias desagradables era Riqui, y no Pistola, quien le hacía frente a la situación. 

Una condición adicional a su gran capacidad de trabajo.

A su versatilidad.

Pistola fue pionero en instalar una farmacia sin ser farmacéutico y la transformó en una cadena, en abrir un pool, en inaugurar una cancha de paddle, en armar videoclubes, en gerenciar parripollos y en reciclar propiedades con mejor visión a futuro que cualquier arquitecto.


Entraba a un rubro sin conocerlo a fondo y salía de él vendiendo los fondos de comercio antes de que el exceso de inversores o las voraces presiones fiscales derrumbaran el negocio.

En cada actividad Riqui fue su mano derecha.

Pistola, que no tenía un gramo de tonto, le pagaba excelentemente bien a Ricardo por secundarlo.

 

Por eso Riqui solventó de su bolsillo los gastos médicos que generó su internación y está pagando los EEG - Exámenes de ondas cerebrales -, las tomografías computadas, las resonancias magnéticas y todos los otros estudios que debe y quiere hacer para controlar su rehabilitación.

Pistola y Riqui nunca formalizaron su vínculo laboral.

Ni Graciela, la viuda de nuestro amigo, ni sus hijos, aunque desean con todo su corazón hacerlo, están hoy en condiciones de poder asistirlo, debiendo enfocarse en la resolución de sus propios y graves problemas financieros surgidos por el fallecimiento de Pistola. 

Riqui es consciente de que mientras dure la incapacidad temporal que lo afecta deberá pagar de sus ahorros la continuidad y el desarrollo de la vida normal de su familia, de su esposa, de sus tres hijos ; de su madre y de sus suegros, a los que " ayuda ".
 
De lo que no tiene conocimiento es del tiempo en que durará esta incapacidad, ni de si necesitará una o más intervenciones quirúrgicas en su zurda, con la que supo hacer tantos goles y tirar centros a las cabezas en los picados del club y de la plaza enfrente del policlínico.

La única vez que hablamos con Pistola de una póliza, para que suscribiera un seguro de vida, hace más de diez años atrás, Riqui, su hombre clave, el de su mayor confianza, estaba presente. 

Con ambos, mis mejores amigos, mis compinches, mis consultores preferidos, compartí las posibilidades de incorporar en estas coberturas las cláusulas de fallecimiento accidental y de incapacidad.

Pistola, se los conté, declinó mi ofrecimiento.

Riqui, se comportó igual que muchas otras personas con las cuales hablo de seguros, hizo como que no le hablaba a él, incluso cuando Pistola nos dejó solos en su oficina, siendo que mi intención desde la amistad y desde lo profesional, era que mis dos amigos estuviesen protegidos.

Pistola podía brillar más como emprendedor exitoso ante los contactos profesionales y los proveedores, pero los tres sabíamos que la mayoría de sus " goles " empresariales, de sus golazos en los distintos nichos de mercado, sus " taquitos ", sus " palomitas ", sus " chanfles " a la red eran preparados y centrados por Ricardo.

Riqui se autoexcluyó de la posibilidad de suscribir un seguro de vida.



¡ El habilidoso que dejaba los balones servidos en el área chica al goleador del equipo no se permitió una anotación personal !

¿ Trabajó tanto para el conjunto que se habituó a postergarse a sí mismo ?

Me resulta evidente, como crítica a mi desempeño, que no puntualicé lo suficiente que estábamos hablando de ellos y de sus familias, porque ambos me contestaron desde lo individual y sé, los conozco desde nuestras adolescencias, de su generosidad y que los dos lo harían todo y más por los suyos.

De Pistola, desde su rol, lo tenía dentro de las posibilidades que evalué antes del encuentro.

De Riqui, me sorprendió.
 
Tal vez sea un mecanismo psicológico de protección, una suerte de autodefensa psíquica, lo ignoro . . . 

Si usted cuando le hablan de los seguros de vida tiene el mismo comportamiento que Ricardo, le deseo que tenga el mismo respaldo económico personal que él tiene.

Y ruego fervientemente que a todos ustedes les alcance para superar las circunstancias económicas y los traumas físicos y psíquicos posteriores.


Si no es así, quizás . . . le sería conveniente concertar una entrevista con un productor asesor de seguros para protegerse usted y para proteger a quienes dependen de usted : sus seres queridos, su familia.
 
Por favor, no se autoexcluya, ni los excluya.


Gracias Alejandro Lacquaniti por compartir tu historia con nosotros. 


25 de marzo de 2015

El camino al éxito


Fuera de broma un excelente video para compartir




Algunas ideas extraídas del video para pensar:

¿Quieres éxito o dinero?

No te pongas excusas. 

El recurso más importante que necesitas para hacer tus proyectos está en tu cabeza, tus ideas.
 
El éxito es 1% de inspiración y 99% de transpiración, esfuerzo.
 
El talento es algo con lo que nacemos, la habilidad es algo que se crea con determinación y con horas y horas de dedicación.
 
Deja de culpar a los demás de tu mala suerte.
 
El universo no está en contra tuya.
 
Deja de lado excusas para salir de tu zona de confort.

Paciencia.

Saludos cordiales
Norberto