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28 de octubre de 2015

Su Plan de Acción para el próximo año COMIENZA EL 1° DE NOVIEMBRE


Recuerde el éxito es hacer lo que los otros no quieren hacer.
Un plan de acción escrito es una promesa a usted mismo para alcanzar sus metas importantes.
El plan de acción lo ayudará a aprender los elementos básicos del establecimiento de sus metas.
Comience por establecer metas para triunfar.
4 elementos importantes en el desarrollo de un plan de acción son sus sueños y deseos, sus prioridades personales, sus valores personales y sus metas y planes.
PLAN DE ACCION =  SUEÑOS + DESEOS + METAS + PLANES
El plan de acción es una guía para edificar su vida.
Permítame crecer y convertirse en parte de usted.
Si le brinda la adecuada atención al auto desarrollo, su plan de acción se volverá más y más valioso en la medida en que pasen los meses.

Se convertirá en una herramienta de trabajo para alcanzar un crecimiento balanceado.
Cuando tiene frente a usted -  escrito en blanco y negro  - evidencia objetiva de que un obstáculo posee intrínsecamente la promesa de un beneficio mayor, se convierte en una excitante aventura buscar la forma de superarlo.
Su plan de acción le ayudará a vivir la excitación de visualizar las recompensas de un futuro mejor y anticipar un regocijo anticipado en el presente, mientras se esfuerza en alcanzar sus metas.
Muchos problemas comunes y obstáculos nunca se materializarán debido a que usted estará concentrado en las tareas correctas tal como están definidas en su plan de acción.
Decida ser o continúe siendo disciplinado y comience por administrar bien su tiempo.
Escriba en su agenda diariamente y realice sus actividades basado en esta agenda que estará relacionada directamente con todas sus metas ¡y la realización de éstas!
Cuenta con una herramienta invalorable: “Programa de 7 semanas de Masterforum”
Cada acción que usted toma, le conduce a acercarse más a la persona que usted quiere ser.
Un plan de acción que enliste sus metas con pasos para sus logros y que defina las fechas en que se deben alcanzar le ayudará a mantener encendida la llama del deseo por ese logro.
Muchas personas no tienen metas simplemente porque no saben por dónde o cómo comenzar.
El establecimiento de metas es una cualidad que se desarrolla con la practica.
La práctica solo se desarrolla cuando usted está dispuesto a comprometerse.
 Debido a que un plan de acción es muy personal, usted puede agregarle, cambiarle o quitarle elementos que considere que no se adaptan a sus necesidades.
 No vea este proceso de cambio como un fracaso, por el contrario, véalo como un indicador de que usted está creciendo y de que su situación es cambiante.

Puede que eventualmente sienta dificultad en enlistar los pasos que son necesarios para alcanzar una meta particular.
En ese caso, pregúntese a sí mismo “si esta meta es realmente importante, porque no la he alcanzado todavía?”.
Verá muchas veces la respuesta y soluciones para la mayoría de los obstáculos la encontrará dentro de usted mismo.
Usted puede superar los obstáculos a través de sus acciones – mejorando la forma en que trabaja, estudiando nueva literatura, desarrollando nuevos talentos, cultivando nuevos hábitos o desarrollando su personalidad.
Si su plan de acción consiste en obtener éxito verdadero, debe estar apoyado en un ardiente deseo hacia lo que desea alcanzar.
El deseo puede ser creado.
Para desarrollar mayor deseo hacia el éxito, pregúntese “ de qué recompensa disfrutaré cuando alcance esta meta?”.
Piense en esto y verá que obra maravilla.
Dando un pequeño paso hará el trabajo y al mismo tiempo estará disfrutando de sus recompensas más pronto de lo que esperaba.
Ponga el corazón en sus metas y entre en acción inmediatamente.
No espere el momento adecuado, porque nunca llegará.
Sea el creador de las condiciones adecuadas.
Tome el control de su vida! Usted puede cumplir sus deseos!

La pregunta verdadera es si usted a alcanzado lo que usted desea o si a usado su potencial dentro de usted.
¡Lo más importante es que usted  pueda hacer su vida conforme con lo que desea!.
Algunas personas sólo trabajan para ganar el sustento y cumplir con sus compromisos.
Pero la carrera de asesor y consultor de seguros de vida le ofrece excitación, diversión, retos, ingresos  ilimitados y la posibilidad de alcanzar metas personales.
Empiece ahora
Haga una lista de cosas que realmente desea alcanzar en su carrera y en su vida personal para este nuevo año que se aproxima.
Luego agende una reunión con su Mentor, Maestro, , Guía, Capacitador, Director General o como lo quiera llamar, encontrará el consejo para hacer realidad su PLAN DE ACCIÓN.



21 de octubre de 2015

¿ Qué elegir, una vida pobre o una vida exitosa?


¿Es más fácil ajustarnos a los trabajos de una vida pobre, que a los trabajos que hacen una vida mejor?
El común denominador del éxito
 Hace varios años me enfrente a una realidad que me preocupó mucho. Tenía que supervisar y dirigir los esfuerzos de un gran número de personas que trataban de alcanzar el éxito, sin que supiera verdaderamente cuál era el secreto del éxito. 
 Esto, naturalmente, me puso cara a cara con otra realidad: que aparte de cualquier conocimiento que yo hubiera traído a mi trabajo, definitivamente faltaba el más importante de todos.
Desde luego, como la mayoría de las personas, había crecido con la creencia de que el secreto del éxito era el trabajo duro.

Pero había visto tantas de ellas trabajar duramente sin tener éxito, y a muchas tener éxito sin hacerlo, que me convencí que el trabajo duro no era el verdadero secreto; aún cuando pudiera ser uno de los requisitos.
De manera que partí en un viaje de de investigación que me llevó a través de biografía , autobiografías y toda tipo de disertaciones sobre el éxito y la vida de personas exitosas. Finalmente me di cuenta de que el secreto que trataba de descubrir no estaba solamente en lo que las personas hacían, sino EN LO QUE LAS MOTIVABA A HACERLO.
Además, me di cuenta que el secreto que yo buscaba se aplicaba a todo aquel que tenía éxito.
Y como era exactamente lo que estaba buscando, fue exactamente lo que encontré.
El común denominador del éxito – el secreto de cada persona que ha tenido éxito – estriba en el hecho de que SE HA FORMADO EL HABITO DE HACER LAS COSAS QUE A LOS FRACASADOS NO LES GUSTA HACER.
Es una verdad poderosa, sencilla y de vital importancia para su futuro y el mío. Por lo tanto, vamos a tomar este gran secreto para analizarlo y aplicarlo a su desarrollo personal.
EL SECRETO DEL ÉXITO ESTRIBA EN FORMAR EL HABITO DE HACER LAS COSAS QUE A LOS FRACASADOS NO LES GUSTA HACER. Por eso, vamos a empezar determinado cuáles son las cosas que a los fracasados no le gusta hacer.  

Las cosas que a los fracasados no les gusta hacer, son las mismas cosas que a usted, a mí y a otras personas exitosas no nos gusta hacer. En otras palabras, tenemos que darnos cuenta de que el éxito es algo que ha sido alcanzado por una minoría que, y por lo tanto, no es natural y que no puede ser alcanzado siguiendo nuestros gustos y aversiones naturales, ni guiándonos por nuestras preferencias y prejuicios naturales.

Las cosas que no nos gusta hacer son muchas, pero creo que podemos generalizadas diciendo que tienen que ver con una aversión básica que es peculiar a nuestro tipo de actividad.

No nos gusta visitar gente desconocida que posiblemente no quiere vernos y hablar con ellos acerca de temas difíciles, como retiro, incapacidad, enfermedad y muerte, cosas de las cuales no les gusta hablar.

Cualquier renuncia que tengamos para buscar prospectos, cumplir con un programa de visitas, seguir un sistema de ventas y organizar nuestro tiempo y esfuerzo, ES CAUSADA POR ESTA AVERSION BASICA.
Quizás usted se ha preguntado porque a los vendedores exitosos parecen gustarles las cosas que a usted no le gustan. 

A ELLOS NO LES GUSTAN!!! Y me parece que esta es la aseveración mas alentadora que yo he podido ofrecer a un grupo de vendedores como ustedes en cualquier momento.

Pero si no les gusta hacer estas cosas, ¿Por qué las hacen?...  

Porque haciendo las cosas que no les gusta hacer, PUEDEN LOGRAR LAS COSAS QUE QUIEREN ALCANZAR. Los hombres de éxitos están influenciados por el deseo de resultados agradables. Los fracasados están influenciados por el deseo de métodos agradables, y están inclinados a estar satisfechos con aquellos resultados que pueden obtenerse haciendo las cosas que a ellos si les gusta hacer.
¿Por qué los hombres de éxito pueden hacer las cosas que a ellos no les gusta hacer, mientras que los fracasados no las pueden hacer? Pues, porque LOS HOMBRES DE ÉXITO TIENEN UN OBJETIVO LO SUFICIENTEMENTE PODEROSO COMO PARA FORMARSE EL HABITO DE HACER LAS COSAS QUE NO LES GUSTA HACER, PARA ASI ALCANZARLO.

Muchas personas con quienes he discutido ese común denominador del éxito me han dicho al llegar a este punto.  “Tengo una familia que mantener, tengo que ganarme la vida para mi familia y para mi mismo. ¿ No es eso suficientemente objetivo?”
NO, NO LO ES. No es un objetivo lo suficientemente poderoso como para hacer que usted se forme el hábito de hacer las cosas que no le gusta hacer, por la sencilla razón de que es más fácil ajustarnos a los trabajos de una vida pobre, que a los trabajos que hacen una vida mejor. Y si ustedes no creen lo que les digo, piensen solamente en todas las cosas de las que están dispuestos a prescindir, para evitar hacer las cosas que no les gusta hacer.
Todo lo cual, me parece, que prueba que la fuerza que nos impulsa hacia nuestro objetivo no es tanto nuestra inclinación natural, sino LA FUERZA DEL OJETIVO EN SI.
Veamos ahora, que tanta importancia tiene el papel del hábito dentro de este común denominador del éxito.
Los hombres son criaturas de hábitos.
Cada una de las calificaciones para el éxito se adquiere a través del hábito. Los hombres forman el hábito y el hábito forma al hombre. Si usted no forma buenos hábitos deliberadamente, entonces inconscientemente formará malos hábitos.
Usted es el tipo de persona que es, porque ha formado el hábito de ser ese tipo de persona, y la única forma en que va a cambiar es a través del cambio de sus hábitos.
Los hábitos de triunfo en su actividad de ventas se dividen en cuatro grupos principales:
1.     Hábito de prosperar.
2.     Hábito de concertar citas.
3.     Hábito de vender.
4.     Hábito de planificar y organizar su trabajo.

Vamos a discutir estos grupos de hábitos en orden:

1.     La prospectación ,  encontrar personas a quienes se pueda vender, es una de las partes más importantes de su trabajo. Puede ser fastidiosa, lenta y desalentadora. En su actividad de prospectación, usted tropezará constantemente con actitudes de rechazo: esta es una  presión de venta, sin embargo, si usted establece un método adecuado de prospectación y hace de él un hábito diario, descubrirá que se va poniendo menos penosa y que siempre contará con suficientes nombres de personas con el perfil adecuado a quienes entrevistar para alcanzar el éxito.

2.     El hábito de concertar entrevistas es la chispa inicial que lo impulsará al éxito en las ventas. Si usted no se forma deliberadamente el hábito de concertar entrevistas con personas que pueden comprar, pero que tal vez están muy ocupadas para recibirlo y poco dispuestas a escucharlo, entonces usted formará inconscientemente el hábito de visitar a personas que están dispuestas a oírlo, PERO QUE NO PUEDEN COMPRAR LO QUE USTED VENDE.

3.     En cuanto al hábito de vender, a no ser que usted deliberadamente se haya formado el hábito de visitar prospectos con la determinación de hacerles ver la razón por la cual deben comprar un seguro de vida con su ayuda, entonces inconscientemente usted se habrá formado el hábito de visitar prospectos que están en un estado mental tal que usted está dispuesto a dejarse convencer que ellos no necesitan comprar un seguro de vida con usted y su empresa.

4.     En cuanto al Hábito de planificar y organizar su trabajo, es  sumamente importante que usted reconozca como sus tareas vitales los 3 primeros hábitos antes señalados y que planifique y organice su trabajo para cumplir indefectiblemente con ellos, a días tras día.  

Cumpliendo con dichos hábitos y siguiendo los pasos del sistema de ventas de Masterforum, no habrá nada ni nadie que lo detenga en su camino hacia el éxito en las ventas.

Pero antes de que usted decida adoptar estos hábitos de éxito déjeme advertirle de la importancia que tiene el hábito en su decisión. Yo he ido a un sinnúmero de seminarios, cursos y congresos de ventas durante muchos años, y me he preguntado por qué, a pesar del hecho de que su contenido es magnífico, tantas personas parecen sacar muy poco provecho duradero de ellos.

Quizás usted ha asistido también a seminarios y cursos de ventas en el pasado, y ha salido de muchas reuniones con la determinación de hacer las cosas que seguramente lo harán tener un éxito rotundo; solamente para DARSE CUENTA DE SU DETERMINACION O DECISIÓN VA OPACANDOSE JUSTAMENTE EN EL MOMENTO EN QUE DEBE EMPEZAR A PONERLAS EN PRACTICA.

He aquí la respuesta.

Cualquier resolución o decisión que usted se haga es sencillamente una promesa a sí mismo, que VALE UN COMINO HASTA QUE USTED NO SE HAYA FORMADO EL HABITO DE CUMPLIRLA.  

Y no se formará el hábito de cumplirla a no ser que desde el principio su determinación se dirija a un objetivo definido, que solo puede alcanzarse manteniendo esa promesa. En otras palabras, cualquier resolución o decisión que haga hoy, tiene que hacerse otra vez mañana, y al día siguiente, y así sucesivamente.

No sólo tiene que hacerse cada día, sino que tiene que cumplirse cada día, ya que si falta tan sólo un día para hacerlo, tiene que volver hacia atrás y comenzar de nuevo. Pero si continúa usted el proceso de hacerlo cada día, finalmente se despertará una mañana, sintiéndose una persona diferente.

Su determinación y cumplimiento han creado un hábito y no tiene que forzarse ya para cumplir con la tarea.

Tal vez por primera vez en su vida, se habrá convertido en el dueño de si mismo y señor de sus gustos y aversiones, RINDIENDOSE A SU OBJETIVO EXISTENCIAL.

Por eso es que detrás de cada éxito, debe haber un objetivo poderoso.

De manera que vamos a hablar del objetivo.

Primeramente, su objetivo tiene que ser práctico y alcanzable. Sin embargo tiene que ser muy ambicioso y tiene que ver con sus más profundos MOTIVOS VITALES.
Si su objetivo es honesto, usted será honesto al cumplirlo.

Pero lo mas importante, su objetivo tiene que ser SUMAMENTE PODEROSO PARA QUE USTED ESTE DISPUESTO A RENDIRSE A EL y puede formarse así el hábito de hacer las cosas que a los fracasados no les gusta hacer. Será entonces cuando al compartir el común denominador del éxito…

USTED LO ALCANCE!!!

Fuente: Albert Gray

3 de septiembre de 2015

¿Cuál es el secreto de la gente feliz y altamente productiva?

feliz

El acelerado y caótico mundo en que vivimos tiende, sin duda, a consumirnos dentro de la paranoia. Muchas de las irrelevancias cotidianas o las incomprensibles tragedias que degradan el tejido social son un motivo suficiente para que la felicidad se aleje de sus vidas y sumergirse en la depresión.

Sin embargo, hay gente que en vez de sentirse afectados por el estrés y el caos, disfrutan su día a día con alegría, salud y energía suficiente para ser altamente productivos en sus trabajos.

¿El secreto de la gente feliz?

Simplemente tener un compromiso permanente con el bienestar en todos los niveles posibles: mental, físico, espiritual, sexual, social, familiar y sin olvidar los relacionados al ámbito laboral. ¿Qué podemos hacer para alcanzar ser feliz como ellos? ¿Qué hacen que nosotros no practicamos?

1. Practicar la gratitud

gratitud

Con el hábito de practicar la gratitud, es decir, el hábito de reconocer y de sentirnos agradecidos por todo lo que tenemos, es aprender a dar las gracias, tanto por lo que se tiene como por lo que nos ofrecen. Todo ello permite que se aborde el cambio y la mejora desde la consciencia y la serenidad, dejando de lado las urgencias.

De tal modo que estudios médicos han demostrado que las personas que practican la gratitud cada semana, se sienten espléndidamente bien de salud, están muy optimistas, no tienen problemas de salud y carecen de problemas en el sueño.

2. Enfocarse en el objetivo en lugar del procedimiento

objetivos

Cuando se piensa en todo lo que se tiene que hacer para lograr algo, a veces se siente estrés y confusión, incluso frustración. ¿Por qué sucede esto?

Si en lugar de pensar en todo lo que hay que hacer, se piensa en qué es lo que se desea lograr y cómo uno se sentirá cuando se alcance tal objetivo, entonces se hará todo lo necesario rápidamente y sin darnos cuenta uno estará disfrutando de tal logro.

3. Tomarse pequeños descansos frecuentemente

descanso

Si se piensa que se tiene menos tiempo para descansar, entonces ese es el momento que más se necesita descansar. Se ha comprobado que la productividad se eleva significativamente si se toma descansos de entre 15 y 20 minutos cada 2 horas de trabajo.

Si se hace esto la mente se despejará, libre de estrés y permitiendo que se logre un mejor enfoque en la oficna y, por ende, ser más productivo.

4. Hacer el 20% de actividades que dará el 80% de resultados


Muchas veces se hacen muchas actividades que ni siquiera nos acercan significativamente al objetivo trazado. Entonces, si se desea ser más productivos, hay que preguntarse, ¿qué es lo que se puede hacer ahora que logré acercarme a mi resultado esperado? Siempre existe una o dos actividades que se puede hacer para dar un gran paso hacia nuestro objetivo.

5. Disfrutar de la primera hora del día

despertar

Los grandes líderes y emprendedores de éxito siempre se toman la primera hora del día para enfocarse en sí mismos. Por ello debemos dedicarnos a la primera hora de tu día para el cuerpo, la mente y el alma.

Lo peor que se puede hacer al despertar es revisar el correo electrónico o avanzar con alguna tarea pendiente del día anterior. Así que cuando uno despierte, hay que respirar profundamente, sonreir y agradece por un día más de vida.

6. Enviar emails con objetivos específicos

emails

Muchas veces tenemos correos electrónicos repetitivos por lo que es mejor coger el teléfono y llegar a un acuerdo en una conversación telefónica de dos minutos. 

Así que la próxima vez que se envíe un e mail, se debe recordar que debe ser específico y no dejar abierta la conversación para que se siga respondiendo el correo.

7. Designar tiempos específicos durante el día para las tareas repetitivas

tiempo

Si se realiza tareas repetitivas es mejor designar tiempos específicos durante el día para que no distraigan a la labor que se hace en la oficina. Por ejemplo, se puede designar horas específicas en las cuales se revisará el correo electrónico, el celular o la red social de la preferencia.

Fuente Pymex: Merca2.0

30 de agosto de 2015

Seguro por Fallecimiento

En el Seguro por Fallecimiento existe siniestro cuando se produce el fallecimiento de la persona sobre cuya vida se colocó el riesgo, ya que en este mismo momento nace la obligación de la entidad aseguradora de satisfacer la prestación prometida. El autor de este artículo Dr. Héctor Miguel Soto, profundiza sobre la terminología técnica de la cobertura y sobre los conceptos de interés asegurable y carácter asistencial.




Seguro por Fallecimiento es aquel contrato de seguro por el cual una persona, la entidad aseguradora, se compromete a efectuar una determinada prestación a otras, denominadas beneficiarios, en caso de fallecimiento de un ser humano, al que se denomina la persona asegurada. Este contrato no persigue mantener la vida de un ser humano, sino otorgar una determinada prestación o beneficio económico a ciertas personas en caso de que se produzca la muere de aquel.

Preferimos denominar a este contrato Seguro por Fallecimiento y no, como se hace habitual y tradicionalmente, Seguro de Vida. 
No se puede negar las ventajas comerciales que tiene denominar Seguro de Vida al Seguro de Fallecimiento. Toda mención de la muerte, y mucho más la del propio contratante, resulta chocante y aún desagradable para la mayoría de los seres humanos. No es nada simpático recordarle al contratante que va a morir. Por razones similares se denomina Seguro de Salud al Seguro por Enfermedad.

Muerte y enfermedad no son términos simpáticos para concretar una operación. De cualquier manera, si bien es deseable que la denominación de un ente corresponda a sus características, no es menos cierto que la denominación siempre es una convención arbitraria, y que el nombre convenido no varía la naturaleza de la cosa nombrada. En este sentido, Seguro de Vida o Seguro por Fallecimiento sor formas aceptables e indistintas de referirse al mismo contrato.

Terminología Técnica: El significado de los términos técnicos utilizados en el ámbito del Seguro por Fallecimiento varía respecto del significado que dichos términos tienen en el ámbito de los seguros patrimoniales.

Por ejemplo, en el Seguro por Fallecimiento se denomina beneficiario a quien tiene el derecho de recibir la prestación a cargo de la entidad aseguradora, en caso de fallecimiento de la persona cuya vida contrata el seguro. En cambio, en los seguros Patrimoniales, a quien recibe la prestación a cargo de la entidad aseguradora cuando ocurre el siniestro, se lo denomina asegurado.

A su vez, el Seguro por Fallecimiento se llama asegurado, o persona asegurada, al ser humano sobre cuya vida se contrata el seguro, y no a quien tiene derecho a percibir la prestación convenida en caso de que ocurra su fallecimiento.

El ser humano sobre cuya vida se celebra el contrato no va a recibir ningún beneficio patrimonial por parte de la entidad aseguradora.

La muerte pone fin a la existencia de los seres humanos. A partir de su muerte dejan de existir como entes susceptibles  de adquirir derechos o contraer obligaciones. Un ser humano fallecido ya no es, desde el punto de vista jurídico, una persona. Concretando: en el Seguro por Fallecimiento, el ser humano sobre cuya vida se contrata el seguro no puede recibir, ni es acreedor de, ninguna prestación a causa de su propia muerte.



“En el Seguro por Fallecimiento no se intenta pagar ninguna vida sino establecer un beneficio para ciertos terceros cuando se produce el fallecimiento de un ser humano, con total independencia de si dicho beneficio viene o no a paliar un daño patrimonial causado por tal muerte, o inclusive convertirse en una fuente de incremento patrimonial.”

En ciertas ocasiones la persona sobre cuya vida se contrata el seguro ni siquiera es el contratante del mismo. En esos casos no es ni contratante del seguro ni tampoco quien recibe el beneficio en caso de que ocurra su fallecimiento.

A pesar de las objeciones formuladas, en el Seguro por Fallecimiento,, según nuestra legislación, se denomina asegurado no al que va a recibir la prestación convenida en caso de que ocurra el siniestro, sino justamente al ser humano cuya muerte va a ser causa que autorice la percepción de este beneficio por un tercero.

En la especial terminología utilizada en el Seguro por Fallecimiento, el asegurado es el ser humano cuya muerte va a dar nacimiento a la obligación de pagar el beneficio a otras personas.

Los verdaderos asegurados en el Seguro por Fallecimiento, si utilizamos este término coherente, son los que van a recibir una prestación a causa de la muerte del ser humano sobre cuya vida se celebró el contrato, de la misma manera que en el seguro de Incendio el verdadero asegurado es el dueño del edificio incendiado y no el edificio incendiado en sí mismo.

El Interés en el Contrato de Seguro: Se considera un elemento esencial de los contratos de seguros, el interés asegurable. Que el interés sea asegurable sólo indica que se trata de un interés cuyo aseguramiento es admisible por el ordenamiento jurídico. Pero en realidad, el adjetivo asegurable no implica cuáles son las características que que tiene que tener un interés para que este se vuelva asegurable.

El artículo 2 de La Ley de Seguros establece que “el contrato de seguros puede tener por objeto todo tipo de riesgo si existe interés asegurable, salvo prohibición expresa de La Ley”. De conformidad con esta norma, aplicable a todo tipo de seguros, no es válido celebrar un contrato de seguros si no existe el interés de que no se produzca el hecho cuya eventual concreción hará nacer la obligación de la entidad aseguradora.

El interés es, según el diccionario, “lo que a uno le conviene”. El concepto de interés equivale al concepto de conveniencia. Si a una persona le conviene que no suceda un determinado hecho, se dice que esa persona tiene un interés en que el mismo no ocurra. En cambio, si el acaecimiento del suceso fuera indiferente, esa persona no tendría interés alguno al respecto.

El interés o conveniencia a la que se refiere La Ley de Seguros puede ser clasificado, según su licitud en interés lícito o interés ilícito. Es indudable que unos delincuentes embarcados en un delito de contrabando tienen interés – Les conviene – que no se produzca el riesgo de ser descubiertos  en plena maniobra delictiva. Pero dicho interés, si bien existe, es un interés ilícito y, como tal, no es un interés, una conveniencia, que pueda merecer la protección de un seguro. Es un interés, pero no es un interés asegurable.

El interés puede ser clasificado, según los bienes sobre los que recae, en interés económico o patrimonial y en interés no económico extrapatrimonial.

El maestro tiene interés en que su alumno aprenda. Los recién casados tienen interés en que su matrimonio perdure. Los aficionados al fútbol tienen interés en que su equipo favorito triunfe. Los padres quieren la felicidad de sus hijos y desean que los mismos no pasen privaciones económicas. En caso de que ello no ocurriera así, el maestro, los recién casados, los simpatizantes del equipo de fútbol o los padres, pueden sentirse profundamente perturbados y afectados, y sufrir un daño espiritual.

Ahora bien; ese interés no es económico o patrimonial, ya que se trata de un interés que recae sobre bienes espirituales de indudable valor personal, pero que en caso de ser dañados, no afectaría el patrimonio de la persona interesada. Es decir, en el ejemplo traído a colocación, ningún daño patrimonial seguiría al maestro, a los recién casados, a los simpatizantes del equipo de fútbol o a los padres.

En los seguros Patrimoniales, el interés, para ser asegurables, debe ser patrimonial. Referiéndese exclusivamente a los seguros de daños patrimoniales, el artículo 60 de La Ley de Seguros establecen que “puede ser objeto de estos seguros cualquier riesgo si existe interés económico lícito de que un siniestro no ocurra”. Es una norma aplicable, exclusivamente, a los seguros de daños patrimoniales.
El Seguro por Fallecimiento, en cambio, existe siniestro cuando se produce el fallecimiento de la persona sobre cuya vida se colocó el riesgo, ya que en este mismo momento nace la obligación de la entidad aseguradora de satisfacer la prestación prometida.

Carácter No Indemnizatorio: Cuando el tomador contrata el Seguro por fallecimiento colocando el riesgo sobre su propia vida, es imposible – por la especial naturaleza de este seguro – que este tenga un interés económico propio de que no acaezca su propia muerte.

En el Seguro por fallecimiento  los beneficiarios son los acreedores de la prestación por su propio derecho y nunca como sucesores de la persona asegurada. El crédito de los beneficiarios contra la entidad aseguradora, resultante del fallecimiento de la persona asegurada, no parte del patrimonio de esta última, ni integra su acervo hereditario.

“Los beneficiarios no tienen que demostrar ningún afecto, ni la ley o el contrato les pueden exigir el mismo”

El interés en el  Seguro por fallecimiento contratado sobre la propia vida del contratante, es el deseo del contratante de procurar una ventaja patrimonial a un tercero  o, en su caso, recompensarlo de la pérdida patrimonial que, eventualmente, le pueda ocasionar su muerte.

El deseo de un ser humano de que alguien reciba una ventaja patrimonial, no es un interés  propio, sino un interés extrapatrimonial.



Aun en el caso en que el beneficiario  sea destinado a satisfacer una deuda contraída en vida por el asegurado, el interés propio y personal del asegurado no es patrimonial.

La muerte extingue la existencia de la persona asegurada, y los beneficios son acreedores del beneficio por derecho propio. Si por la percepción de dicho beneficio mejoran patrimonialmente su situación pudiendo pagar una deuda que grava el acervo hereditario, ello siempre constituirá un beneficio patrimonial propio y personal.

Pero La Ley va mas allá y tampoco exige que a los beneficiarios los afecten patrimonialmente la muerte de la persona asegurada, ya que no se exige en el Seguro por Fallecimiento que los beneficiarios tengan un interés propio y patrimonial de que la muerte no ocurra.

Es cierto que los beneficiarios pueden tener interés patrimonial en que  las personas aseguradas no fallezca, pero no se les exige a los mismos, en nuestro derecho, que demuestre que esa muerte los ha privado de alguna ventaja de naturaleza patrimonial.

Tampoco se pone como límite del crédito de los beneficiarios el quantum del eventual daño patrimonial, sufrido a causa del deceso del asegurado , ni se prohíbe la acumulación de beneficios, ya que en el Seguro por Fallecimiento se encuentra permitido el aseguramiento plural, sin poner límites a esa acumulación. De hecho, cuando los beneficiarios son hijos de la persona asegurada, mayores de edad, no mantenidos por ésta, sin perjuicio de la aflicción espiritual que esta pueda provocarles, habitualmente su muerte no solo no empeora su propia situación patrimonial sino que, en caso de recibir una importante herencia, la mejora sensiblemente.

No siempre el daño espiritual está acompañado por un daño patrimonial.

El príncipe heredero sufre la muerte de su padre el rey pero con su muerte va a convertirse él mismo en rey. El hijo de un importante empresario sufre la muerte de su padre, pero al mismo tiempo con su muerte va a incrementar su fortuna. Estas circunstancias no afectan el derecho de los beneficiarios a recibir la prestación de la entidad aseguradora.

“En el seguro de Personas – en especial, en el de Vida, se discute si el interés juega el papel fundamental que tiene en los seguros de daños. Ante todo, cabe destacar la diferente naturaleza que presenta, en los seguros de vida , el interés; no se trata de un interés económico sino que resulta suficiente que exista un interés de tipo moral, o sea una relación de afecto que torne no deseable la muerte del asegurable )Meilij Barbato, Tratado de Derecho de Seguros. Zeus Editora. Rosario 1975. Pag 51 y52 )

Estamos de acuerdo con Barbatos y Meilij en que no es preciso la existencia de un interés económico de los beneficiarios, pero disiento con los autores en que debe existir una relación afectiva de estos con el ser humano sobre el cual se ha contratado el seguro. Los beneficiarios no tienen que demostrar ningún afecto, ni la ley o el contrato les puede exigir el mismo.

Carácter Asistencial. Sin perjuicio de las observaciones efectuadas en los puntos anteriores, es necesario remarcar que el Seguro por Fallecimiento tiene un profundo sentido asistencial y de ayuda a los sobrevivientes del ser humano sobre cuya vida constituye el riesgo.

Cuando se trata de la madre o el padre de una familia con los hijos pequeños, y cuando aún no se han podido concretar los planes de vida de la persona asegurada, un seguro por fallecimiento es una ayuda invalorable en los difíciles momentos posteriores a la muerte de la persona asegurable.

También es cierto que las entidades aseguradoras, en su política de suscripción, van a tratar de privilegiar  el carácter asistencial del seguro cuidando que el monto del mismo esté de acuerdo con los parámetros de vida del grupo que se pretende proteger, evitando convertirse en una fuente de lucro o de especulación.

No deja de detectarse un cierto interés en que la institución se perciba como esencialmente reparadora, alejada de toda posibilidad de especulación o de lucro.

Pienso que de esta intención surge la insistencia con que en ciertos sectores se trata de reafirmar la idea de que el Seguro por Fallecimiento es un seguro en que se protege un interés económico y que ese interés aún que no explicito, surge implícitamente del contrato. Se quiere evitar conectar el seguro de Vida con cualquier connotación especulativa.
Por lo cierto es que, es que en ciertas circunstancias, el seguro es fuente de provecho económico, ello ocurre cuando el fallecimiento de la persona asegurada mejora la situación patrimonial de los beneficiarios, que podrían encontrarse  mejor patrimonialmente de lo que estarían en caso de no haberse producido el fallecimiento de la persona asegurada.

No tienen verdadero sustento las opiniones que manifiestan que el capital del seguro es el valor que le adjudican el contratante a su propia vida.

En el Seguro por Fallecimiento no se intenta pagar ninguna vida sino establecer un beneficio para ciertos terceros cuando se produce el fallecimiento de un ser humano con total independencia de si dicho beneficio viene o no  a paliar  un daño patrimonial causado por tal muerte, o inclusive convertirse en una fuente de incremento patrimonial.

Fuente: revista Seguros AAPAS