30 de enero de 2015

EL PLAN


EL PLAN
Es domingo por la tarde. 
La obra de teatro comienza a las seis. 
Tanto él como su pareja quieren verla. 
Ella terminó lo que estaba haciendo y él dejó a un lado el libro que estaba leyendo. 
Ambos subieron al coche.
Llegaron al teatro, se encaminaron hacia la boletería, compraron dos entradas, pasaron a la sala, se acomodaron para disfrutar de la obra. 

Esta sencilla situación cotidiana muestra cómo se logró un objetivo (asistir a un teatro) mediante la ejecución de un plan

Se dice que se trata de un plan en una secuencia predeterminada de pasos lógicos, consecutivos y ordenados para la consecución de un fin determinado. 

En este caso el plan se llevó a cabo sin un esfuerzo consciente. 


Resulta interesante hacer notar que el plan y las acciones fueron el resultado automático del anhelo de conseguir una meta. 

La pareja sabía lo que quería e hizo lo necesario para lograr sus propósitos.
El  proceso de meta - plan - acción - perseverancia es algo que todo el mundo hace todos los días. 

Lo hacemos instintiva, inconsciente y automáticamente. 

Es un proceso que ha acompañado a los hombres desde el inicio de su vida en la tierra.
El hombre de las cavernas tenía que matar a un animal para comer, esa era su meta de cada jornada. 

Tenía que planear y organizar su ataque, actuar de acuerdo con sus planes y no abandonarlos hasta no lograr lo que deseaba. 

Para él, el éxito o el fracaso era cuestión de vida o muerte. 

En el mundo de hoy todavía nos adherimos al mismo concepto básico. 

La mayor parte de las personas ni siquiera se dan cuenta de ello porque realizan las cosas sin ningún esfuerzo consciente. 

Siempre está presente el proceso de meta - plan - acción - perseverancia


Y esto es necesario en cualquier cosa que hagamos con un fin. Ya sea que vayamos al teatro o acumulemos una fortuna, consciente o inconscientemente estaremos aplicando los cuatro pasos fundamentales del éxito. 

Si las metas inmediatas señalan el objetivo final, los planes dicen cómo lograrlo; las acciones producen resultados tangibles y la perseverancia asegura un resultado venturoso. 

Lo malo con la mayoría de las personas es que aplican este proceso en forma equivocada para alcanzar cosas indebidas.
 
TRACEMOS NUESTRO PROPIO RUMBO 

Asumiendo que has establecido ciertas metas para ti mismo, ahora debes establecer planes meticulosos para alcanzarlas. ¡He dicho meticulosos! Si tus planes no están bien trazados, tus acciones carecerán de valor. 
Las personas que carecen de un plan consciente y efectivo para lograr una meta están poniendo su vida y su destino en manos de quienes sí lo tienen. 

Los planes han de ser prácticos y operantes. 

Para iniciar una tarea, lleva una planificación escrupulosa y astuta, porque lo que realices estará basado en tus planes. 

Sin un plan claramente pensado, la vida no tiene sentido. El objeto de tus planes es saber cómo alcanzar tus metas.

Recuerda que los militares conocen los planos y mapas; desarrollan un plan para ganar una guerra (la meta a largo alcance) y una serie de tácticas de batallas para lograr áreas específicas (estas son las metas a corto alcance).

Trazar estos planes es un método que puedes realizar, haciendo los cambios indicados. Los mapas militares describen el terreno, las condiciones del tiempo, los caminos, las distancias, etc. 

El tipo de planes que hagas, proyectará la forma en que alcanzarás tus metas personales. Tus planes te dirán lo que debes hacer y la mejor forma de lograrlo, puesto que representan la guía para construir tu futuro. 


PON TODO POR ESCRITO

Los pensamientos son intangibles, así que deben alimentarse y concentrarse o rápidamente se evaporarán. 

A fin de dar a tus proyectos una existencia palpable, escríbelos. 

Ningún arquitecto deja la construcción de un edificio al azar, sino que mantiene en su memoria todos los detalles de sus apuntes y trazos. 

El hecho de escribir tus ideas persigue varios fines: cuando haces una relación de los métodos que emplearás para lograr tus metas, estás delineando una guía clara y exacta que demuestra la forma más efectiva de llegar a tu destino. 

Podrás estimar las dimensiones de tu progreso y ver qué más puedes hacer. 

Con cierto grado de precisión podrás predecir o anticipar eventos futuros, reduciendo así considerablemente el margen de error. 

A pesar de lo dicho, los planes que se quedan sólo en la mente por lo general no se materializan como debieran, porque carecen de claridad y objetividad. 

Olvidar los detalles o pasarlos por alto, conduce al fracaso. 

Bien sea que tus planes escritos tomen el aspecto de diagramas, tablas, mapas o declaraciones, de todas formas revestirán un aspecto visual. Y ese mero hecho te permitirá ver lo que estás haciendo, adonde vas y el progreso que estás logrando.

LAS ETAPAS

Son cuatro las etapas principales que surgen al elaborar cualquier tipo de plan: Investigación, evaluación, decisión y revisión

Todo lo relacionado con el logro de tus metas debe considerarse cuidadosamente.

Analizaremos hoy el primer paso:  

Investigación - En una partida de ajedrez son muchas las formas de contestar la jugada del contrincante, pero solo una de ellas es la mejor. Lo mismo resulta con ciertos planes dirigidos al logro de una meta. Las formas en que puedes lograr cualquier meta son muchas, pero sólo una es la adecuada.
Formular el mejor plan, comprender y saber cómo aplicar lo que sea necesario para alcanzar tu objetivo, es absolutamente esencial para el éxito. 

La cuestión es: ¿Qué necesitas para alcanzar el triunfo que buscas? 

Antes de responder obtén la mayor información posible sobre el asunto. 

El gran valor de la etapa de investigación es que al final sabrás si una meta específica resulta adecuada para ti, si la puedes alcanzar y cuánto tiempo te tomará lograrla. 
Esta etapa de planificación exige que obtengas todos los datos necesarios haciendo preguntas, y para ello debes aprender el arte de hacer preguntas: la clave está en trazar un interrogatorio y saber encontrar las respuestas. Son seis las preguntas 
¿QUIÉN?

¿Quién está involucrado? ¿Quién me ayudará? ¿Quién me está reteniendo? ¿En quién puedo confiar? ¿De quién puedo depender? ¿Quién podrá suministrarme lo necesario? ¿Quién lo ha hecho antes? ¿En quién puedo delegar autoridad?

¿QUÉ?
¿Qué experiencia necesito? ¿Qué debo hacer? ¿Qué riesgos y qué peligros debo afrontar? ¿Qué beneficios obtendré? ¿Qué esperan de mi los clientes potenciales? ¿Que puedo esperar de mis compañeros?

¿DÓNDE?
¿Dónde comenzaré? ¿Dónde encontraré el prospecto que necesito? ¿Dónde tendré que ir? ¿Dónde están los puntos débiles o claves? ¿Dónde hallaré a más clientes? ¿Dónde puedo hallar la experiencia que necesito? ¿Dónde recibiré el mejor consejo?

¿CUANDO?
¿Cuándo debo comenzar? ¿Cuándo debo procurar extender mis planes? ¿Cuándo he de capacitarmer? ¿Cuándo venderé? ¿Cuándo me conviene descansar? ¿Cuándo debo ir de vacaciones? ¿Cuándo debo salir con mi producto al mercado?

¿CÓMO?
¿Cómo puede hacerse lo que persigo? ¿Cómo obtendré lo que necesito? ¿Cómo puedo conseguir lo mejor proyección? ¿Cómo lograré resultados? ¿Cómo saber lo que me costará? ¿Cómo puedo reducir los costos? ¿Cómo podré progresar dentro de Masterforum?

¿POR QUÉ?
¿Por qué debo empezar el 1 de Febrero de 2015 ? ¿Por qué debo hacer lo que estoy haciendo? ¿Por qué he de tratar con Norberto? ¿Por qué he de confiar en él? ¿Por qué necesito tal o cual cosa? ¿Por qué lo que estoy proyectando no se le ocurrió antes a nadie? ¿Por qué no es práctico?

Quizás sean cientos las preguntas de ese tipo que habrás de formular y contestar antes de formular los planes. Con estas preguntas estarás recabando información que te permitirá proyectar tu objetivo con mayor claridad. 

Hay varias preguntas que debes plantear: ¿Podré hacerlo? ¿Podrán ellos? ¿Querrán? ¿Acaso ellos?... etc. Pregunta todo lo relacionado con tus metas en cualquier forma posible. 

Cuando busques información tienes que acudir a numerosas fuentes; pues bien, la mayor parte de tus fuentes serán otras personas. En tal caso, asegúrate de obtener información concreta, no simples opiniones, ya que algunas sólo tienen valor si provienen de personas que sean peritos en sus respectivos campos de acción. Pero considera que aun los peritos se equivocan y, además, en esta etapa lo que buscas son datos concretos, no diversidades de pareceres. 


En cualquier plan existe el elemento riesgo. Averigua cuál es el riesgo de tu plan, conoce sus peligros. Si los riesgos son demasiados, esto es el principio de que tu plan es arriesgado y tendrás que formular uno nuevo que se adapte a la realidad. 

Un buen plan, desde luego, también encontrará obstáculos,  reduce su potencialidad al mínimo. Sin embargo, para ganar ten en cuenta que debes estar dispuesto a enfrentar ciertos riesgos calculados. 
Aunque ver tus planes a través de un cristal color de rosa generalmente conduce al fracaso, es igualmente cierto que la victoria en la mayoría de las ocasiones corresponde a quienes saben correr riesgos siempre y cuando estos estén arraigados en planes sólidos. 

Es por esta razón que resulta muy importante llevar a cabo las investigaciones considerando que el mayor cuidado es la ventaja propia de tus metas y el sentido práctico de tus planes

La mayoría de las personas temen arriesgarse y, por lo mismo, nada ganan.

Para ganar tiene que apostar; todo el mundo lo sabe. Pero cuando se trata de tomar riesgos, invertir en ti mismo y afrontar las posibles consecuencias de dichas inversiones, vale la pena. 

¡Gran parte de las personas huyen despavoridas! Es ésa una de las razones principales por la cual un 2 % de las personas en todo el mundo realmente triunfan en la vida.
El tiempo que habrás de emplear en cierto proyecto se determinará durante el período de investigación. Con la información obtenida, establece cuáles proyectos deben completarse en días semanas, meses o años. 

Todo dependerá de las metas que estés tratando de alcanzar. Uno de los riesgos más serios que puedes encontrar será la pérdida de tiempo, ya que este ingrediente no puede recuperarse jamás. 
Considera los obstáculos que podrán aparecer en tu camino y entérate de la mejor forma de resolverlos. 

¿Qué problemas intuyes en tu proyecto y cuales serán los posibles remedios? 

Habrá también restricciones, de modo que pregúntate quien podrá ayudarte a resolver los problemas y qué límites imponen las restricciones. Investiga qué puede hacerse al respecto, dónde puedes ir para evitar esas restricciones y cuando terminarán. 

¿Sabes cómo operan otras personas dentro de esas mismas limitaciones o por qué le fueron impuestas? ¿Podrás operar bajo esas mismas restricciones? En los últimos interrogantes se muestra que debes hacer todas las preguntas que sean necesarias, además de las seis preguntas básicas anteriormente expuestas. 
La etapa de investigación también te permitirá tomar ciertas cosas como auténticas y tener sobre ellas una idea de lo que puedes esperar de su futuro. 

Las personas competentes te dicen que la venta de asistencia al viajero es más alta en época de vacaciones y te dan razones fundamentadas en apoyo de su afirmación. 

Puedes aceptar que el hecho es cierto, y si tus metas se relacionan en alguna forma con las asistencias al viajero, debes considerar los meses de vacaciones como el factor importante de tus planes

De manera similar, toma algunas cosas o situaciones como hechos y espera que ocurran determinados efectos lógicos, si tu información es correcta. Por lo mismo, opiniones emitidas con conocimiento de causa revisten una gran importancia cuando planeas tu futuro. 
Aunque un buen plan te ofrece riesgos, también te brinda oportunidades. 

Cuando toda la información haya sido recopilada, ve los beneficios y compáralos con los riesgos. 

Si los beneficios son muy superiores a los riesgos, podrás formular tus planes para triunfar. 

Si resulta al revés tendrías que reconsiderar las alternativas. 
Una vez que cumplamos adecuadamente con el primer paso de la investigación, estaremos en condiciones de proseguir con las etapas posteriores: evaluación, decisión y revisión.

Nadie sano planea fracasar, pero muchos fracasan por no planificar.
 
Cordialmente.
Norberto Plachta

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