La
mitad de los argentinos que salen del país en avión omite contratar
algún tipo de cobertura. Ventajas y desventajas de los seguros, para
zafar de un gran dolor de cabeza... y de bolsillo.
Primero, un dato llamativo (por no decir preocupante): según datos de las compañías de asistencia al viajero, la mitad de los argentinos que salen del país por vía aérea
lo hace sin ningún tipo de cobertura. Y lo segundo: la fracción de
viajeros que elige protegerse de eventualidades durante el viaje suele confundir asistencia al viajero con seguro de viaje, dos formatos de cobertura que, por poco, no se parecen en nada.
A quienes contratan sin saber bien qué, acá van algunos datos útiles. La
diferencia entre uno y otro tipo de protección no sólo abarca el
elemental aspecto de si lo que se protege son las personas o los objetos
(¡o ambos!), sino también un asunto básico relativo a los tiempos en
que la cobertura se pondrá en marcha.
Con Cardinal Assistance mediante la plataforma, le permite acceder,
cotizar y contratar la póliza deseada.
Según explican, “no es lo mismo un conjunto de servicios gestionados
por un equipo de profesionales (con un teléfono disponible desde el
exterior) las 24 horas, que una determinada suma asegurada a pagar en
caso de imprevistos”.
Cuestión de tiempos
Es
elemental, pero no siempre se tiene en cuenta: ante un imprevisto
durante el viaje, la asistencia al viajero actúa en el momento en que
ocurre el evento. El seguro de viajes, en cambio, tiene una efectividad
posterior.
Como señala Luhning, “la principal diferencia entre
ambos tipos de cobertura es que mientras la asistencia al viajero ofrece
un servicio y asesoramiento directo en el momento en el que la persona
lo precisa, cualquiera sea la hora y el lugar, el seguro de viaje
consiste en reembolsar el dinero gastado por el asegurado luego del
evento que haya tenido que costear, algo que también implica que es el
mismo viajero el que debe buscar, por ejemplo, al profesional médico que
precise”.
Pero de ningún modo el seguro de viajes está planteado como un servicio
deficiente, sino que sus objetivos son totalmente otros: su meta es
proteger o garantizar, desde el punto de vista económico, las
pertenencias de los turistas.
Así
es como las aseguradoras de viaje no precisan de una red de prestadores
que actúe en tiempo real. Su mecánica de trabajo consiste en recibir y
reembolsar los gastos generados ante un inconveniente.
Todos los rubros
Según
el plan contratado -aclaran desde Cardinal, los programas de
asistencia al viajero pueden ofrecer mucho más que soluciones en materia
de salud, y en este punto la póliza puede, incluso, terminar incluyendo
los ítems básicos de los seguros de viaje.
Por ejemplo, se pueden obtener seguros por robo o pérdida de equipaje y
de cancelación (para recuperar lo invertido si no se concreta el viaje),
responsabilidad civil (protege ante imprevistos como daños a terceros),
transferencia de fondos en casos de urgencia, asistencia telefónica y overbooking, si el exceso de reservas complica de alguna manera el viaje.
La cobertura a
elegir durante un viaje dependerá del bolsillo del pasajero. Pero vale
la pena pensar muy bien antes de lanzarse al exterior sin absolutamente
nada. Basta un dato: un cuadro de apendecitis puede costar, fuera del
país, unos 50.000 dólares. El cuerpo no avisa.
El 85 por ciento de las asistencias que efectúa la
compañía se relacionan con problemas de salud; el 8 por ciento son
consultas por pérdida de equipaje; y el 2 por ciento, problemas con los
vuelos.
Es interesante que mientras la mitad de los pasajeros argentinos que salen en avión carece de cobertura, las cifras disminuyen cuando se trata de las vías terrestre y fluvial. Sólo 3 a 4 personas se confían y salen sin contratar ningún servicio. Es decir, andan "a la deriva".
FUENTE: CLARIN.COM - TODOVIAJES - TIPS DE VIAJE 6/7/16