ORGULLO EN MI PROFESIÓN…
Estoy orgulloso de mi trabajo, y
el poder que me da sobre los destinos de otras personas, así como del mío.
Mucha gente no conoce la dignidad
y el poder de mi profesión excepto en mi propio campo.
El reconocimiento que recibo por
mis logros es escaso.
Cuando termine mi trabajo y pase
a mejor vida, no habrá anuncios ni alabanza, pero yo pienso en la herencia que
dejaré.
Ya las fortunas que he creado
andan en los millones y si vivo lo suficiente, habrá millones y millones más
que habré creado.
Mucho de esto irá a aquellos
quienes, de no ser por mi, estarían desprotegidos, cientos de madres viudas se
verán liberadas de labor servil, gracias a mi trabajo.
Los hijos crecerán en su hogar
con sus madres y recibirán educación, para su formación como adultos, y todo,
porque he vivido.
Quien sufra un accidente o
incapacidad invalidante tendrá una fuente que reemplace sus ingresos.
Quien adquiera una enfermedad
grave o terminal podrá enfrentarla con recursos.
El viejo hombre, cansado, se
retirará para mirar el poniente con un ingreso amplio garantizado, supervisado
hasta el final, viva los años que viva.
Les he protegido el respeto por
sí mismos.
Aun los hombres respetados, con
destacado éxito, me necesitan, y muchos encuentran la solución de problemas
económicos en vida.
Yo tengo el poder más grande del
mundo.
Yo y solo yo puedo darles a los HOMBRES, TIEMPO PARA ALCANZAR EXITOS
FINANCIEROS.
Dios no le dio a nadie tal poder,
excepto a mí, a ti, y a nuestros compañeros agentes de seguros de vida.
Una póliza de seguro de vida es
solo un pedazo de papel amarillento por el tiempo, con columnas de cifras y
frases legales, hasta que es bautizado con lágrimas de una viuda, entonces se
convierte en milagro.
Es una lámpara de Aladino
moderna, es Comida, es Vestimenta, Refugio, Cariño eterno.
Es la carta de amor más sincera
que se haya escrito.
Alivia el corazón del dolido por
el esposo que quedó atrás.
Es un susurro agradable en las
horas de oscuro silencio.
Proporciona una nueva esperanza,
valentía y fuerza para unir los hilos rotos que nos permitirán seguir adelante.
Brinda el aliento para el bebé
que llora durante las noches, brinda la educación de un hijo, una chance en una
futura carrera, en vez de la necesidad de un trabajo.
Es la bendición del padre para la
hija en su boda.
Son los sueños y los planes
interrumpidos de un padre para el futuro de su familia.
A través de un seguro de vida, él
continúa viviendo.
Las primas que él deposita
compran el privilegio de vivir después de la muerte.
Si, el seguro de vida es la carta de amor más cálida y verdadera que pudieramos escribir alguna vez a nuestra familia.