Los
expertos insisten que gran parte de los problemas de una pareja surgen
por la falta de comunicación, que en el caso del dinero puede ser
aún peor...
Daniel, un analista financiero y su prometida Paola, una profesora universitaria, no habían hablado mucho sobre el dinero hasta que asistieron a una charla referida a la comunicación pre-matrimonial.
En este evento cada uno de los integrantes de la
pareja llenó un cuestionario de 50 preguntas y encontraron que sus
respuestas no siempre concordaban.
Una de las
preguntas era: ¿Tendrán una cuenta conjunta?.
Daniel respondió que sí, pero Paola dijo que no.
El asesor que estaba
sirviendo de guía lo notó de inmediato, y los instó a hablar de ello.
Antes de terminar el curso, los novios -ambos de 26 años-, pudieron resolver varios asuntos.
Tendrán una cuenta conjunta de ahorros. También tendrán
una tarjeta de crédito conjunta.
Y, si tienen hijos, creen que pueden
mantenerse con el salario de uno de ellos y el otro se dedicará a
la familia, contratando un seguro de vida para la protección de ambos.
No creo que hubieran hablado de esas cosas por propia iniciativa.
Hubieran continuado con sus propias
ideas, y después, probablemente hubiesen comenzado a aparecer desacuerdos.
La experiencia me indica que a menudo, es más fácil hablar de las finanzas antes de casarse porque hay menos puntos que manejar.
Demasiadas veces, las parejas
esperan hasta que se presenta un problema para abordar el tema. Entonces
las emociones pueden dominar y opacar el problema verdadero.
Cuando nos consulta una pareja que está a punto de casarse solemos incluír temas financieros y de seguros de vida como parte de nuestras charlas.
En efecto, estos temas están siendo incorporados en los programas de muchos planificadores financieros y patrimoniales para las parejas comprometidas.
Nuestra filosofía de la
preparación para el matrimonio es que lo más importante se adquiere desarrollando habilidades para crear una buena comunicación, intentando que las parejas hablen de diferentes temas,
incluyendo el dinero.
Todas
las estadísticas y sondeos señalan que el dinero probablemente es la
causa número uno de la disolución de un matrimonio.
No se
trata solamente de tener suficiente dinero. Son los conflictos que
surgen en torno a él y que no llegan a resolverse.
La discusión puede ser tan importante para las personas que contraen matrimonio por segunda vez como para
aquellos que lo hacen por primera vez.
Nuestros asociados, opinan que las parejas que tienen más éxito al lidiar con el dinero tienden a ser
más abiertas, es decir, no ocultan cosas entre ellos.
Sugerimos una lista de temas para discusión:
¿Qué representa el dinero para cada uno de ustedes?
Uno puede considerar el dinero como una
fuente de reconocimiento y que es importante tener un buen auto y una
casa grande.
Otro puede ver el dinero como un tipo de seguro importante si uno pierde su empleo.
Si, en su esencia, uno es un gastador y el otro es ahorrador, la pareja necesita encontrar un punto común de equilibrio.
¿Cuáles deben ser nuestras metas financieras?
Una meta a corto plazo puede ser ahorrar para el pago inicial de una vivienda; una meta a largo plazo puede ser ahorrar para poder jubilarse cómodamente.
No hay una respuesta correcta. Pero por lo menos tienen que estar seguros que van en la misma dirección.
¿Están preparados a ser completamente honestos?
Si uno de los dos entra el matrimonio con US$ 30,000 de deudas personales o de la tarjeta de crédito, mientras más pronto se dé a conocer, más pronto se pueden tomar medidas.
No es el tipo de sorpresa que uno quiera descubrir después de su luna de miel.
¿Cómo se van a tomar las decisiones?
¿Habrá un fondo de dinero? ¿O habrá dos fondos individuales, o habrá tres (uno tuyo, uno nuestro, y uno mío)?
Esto
en particular puede ser un tema muy difícil, porque el dinero para
muchas personas representa independencia, mientras que el matrimonio es
un caso de dependencia consentida.
Desde hace años ofrecemos un excelente planes que ayudan en la planificación patrimonial y financiera para las parejas que programen o no tener hijos, hacer viajes o ahorrar dinero para adquirir bienes en el futuro.
Solicite nuestro asesoramiento profesional sin cargo.