La noche había caído ya.
Sin embargo, un pequeño hacía grandes esfuerzos por no
quedarse dormido; el motivo bien valía la pena: estaba esperando a su papá.
Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente, cuando se
abrió la puerta; el niño se incorporó como impulsado por un resorte, y soltó la
pregunta que lo tenía tan inquieto:
-Papi, ¿cuánto ganas por hora? –dijo con ojos muy
abiertos.
El padre, molesto y cansado, fue tajante en su respuesta:
-Mira hijo, eso ni siquiera tu madre lo sabe, no me molestes y vuelve a dormir, que ya es muy tarde.
-Si papi, sólo dime, ¿cuánto te pagan por una hora de trabajo? –reiteró suplicante el niño.
Contrariado, el padre apenas abrió la boca para decir:
-Ochocientos pesos.
-Papi, ¿me podrías prestar cuatrocientos pesos? –preguntó el pequeño.
El padre se enfureció, tomó al pequeño del brazo y en tono brusco le dijo:
-Así es que para eso querías saber cuánto gano, ¿no?. Vete a dormir y no me sigas fastidiando....
El niño se alejó tímidamente y el padre, al meditar lo sucedido, comenzó a sentirse culpable: "Tal vez necesita algo", pensó, y queriendo descargar su conciencia se asomó al cuarto de su hijo y con voz suave le preguntó:
-¿Duermes hijo?
-Dime papi, respondió él entre sueños.
-Aquí tienes el dinero que me pediste.
-Gracias papi –susurró el niño mientras metía su manita debajo de la almohada, de donde sacó unos billetes arrugados-. ¡Ya completé! –gritó jubiloso-.
Tengo, ochocientos pesos..., ahora papá:
¿Me podrías vender una hora de tu tiempo?
Pocos días después se acercó un Asesor de seguros de vida, quién me preguntó:
¿Para quién trabajas?
En ese instante me sentí conmovido recordando lo ocurrido con mi hijo, fue tan clara mi respuesta y reflexión:
Para mi familia y lamento que eso me quite tiempo para estar más con ellos.
Un solo paso necesitó este Asesor Productor para hacerme ver que ellos no estaban en condiciones de generar o compensar los ingresos que desaparecerían ante una enfermedad grave, incapacidad o muerte prematura, ni hablar de gastos e impuestos sucesorios asociados a ellas.
A la semana regresó el Asesor y al entregarme la póliza me preguntó:
¿ Teniendo tan clara la necesidad de contar con un seguro de vida, cómo no la había contratado antes ?
Respondí en 7 años de educación primaria +5 de secundaria +6 de universidad tuve que responder a muchas preguntas, ninguna me conmovió tanto como:
¿Para quién trabajas?
En pesos o dólares
Planificación financiera y patrimonial
Seguros de vida, incapacidad, salud, asistencias, planes de ahorro y jubilación,
becas educacionales, transición societaria, familias ensambladas
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