No, no es tu trabajo lo que te hace feliz o infeliz.
¿Es ésta una mala
noticia para ti?
Pues sigue leyendo y verás que peor aún es la que
sigue.
Porque tampoco es tu jefe quien te hace feliz o infeliz.
Ni tus clientes, ni tus compañeros de trabajo, ni la organización en la que estás, determinan tu felicidad o infelicidad.
Eres tú mismo quien la determina.
¿Cómo la determinas?
Con la decisión que tomes de serlo.
Si decido ser feliz, ¿cómo me va a hacer infeliz un jefe inepto o desconsiderado, o un trabajo más exigente de lo habitual, o unos clientes a los que cuesta más cada día convencer para que compren?
Me produce asombro que alguien me diga que el trato que recibe de su jefe le impide ser feliz.
Porque tampoco es tu jefe quien te hace feliz o infeliz.
Ni tus clientes, ni tus compañeros de trabajo, ni la organización en la que estás, determinan tu felicidad o infelicidad.
Eres tú mismo quien la determina.
¿Cómo la determinas?
Con la decisión que tomes de serlo.
Si decido ser feliz, ¿cómo me va a hacer infeliz un jefe inepto o desconsiderado, o un trabajo más exigente de lo habitual, o unos clientes a los que cuesta más cada día convencer para que compren?
Me produce asombro que alguien me diga que el trato que recibe de su jefe le impide ser feliz.
¿Por qué tienes que permitir que algo tan
importante como tu felicidad dependa de otra persona?
Vives una sola vida.
Vives una sola vida.
¿Vas a ponerla en las manos de alguien que sabes que no te va a permitir aprovecharla?
Anda, piensa un momento, mírame a los ojos, y dime que NO es así.
Tu vida es tuya, ¡vívela feliz!
Anda, piensa un momento, mírame a los ojos, y dime que NO es así.
Tu vida es tuya, ¡vívela feliz!
Fuente: Ángel Moraleda
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